Dagoll Dagom

En los primeros setenta, Joan Ollé, director y poeta, impulsa la creación del grupo en la Universidad de Barcelona, inicialmente denominado NGTU (Nuevo Grupo de Teatro Universitario). Ya con el nombre de Dagoll Dagom, realizan sus primeros ensayos en la parroquia de la calle Villaroel de Barcelona, muy conocida por su activismo antifranquista. En 1974  estrenan su primera obra, Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, inspirada en un poema de Rafael Alberti del mismo título. En 1975 montan Nocturno para acordeón, sobre la vida y la obra de Joan Salvat Papasseit, con la colaboración de Ramon Muntaner y Lluís Llach. No hablaré en clase, de Joan Ollé y Josep Parramon, les aporta un gran reconocimiento por parte tanto de la crítica como del público. A partir de entonces, en 1977, el grupo decide profesionalizarse, Joan Ollé abandona la compañía y Joan Lluís Bozzo, Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel asumen la dirección. Después de la renovación, estrenan Antaviana, que supone su consagración como compañía. Muchos actores (como Pepe Rubianes) o actrices catalanas (como Assumpta Serna) han hecho sus primeros trabajos en esta compañía, que se ha convertido en una verdadera cantera de artistas.

El papel de Dagoll Dagom en la gestación y la escalada de éxito del teatro catalán contemporáneo, es capital. Según Xavier Bru de Sala, «Los directores de la compañía, Joan Lluís Bozzo, Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel, se propusieron, como estrategia, acercar el público al teatro alternativo, sin perder por ello el norte de la creatividad como puntal de sus montajes.
Las compañías citadas [Els Comediants, El Tricicle, La Fura dels Baus], Dagoll Dagom y otras, como Els Joglars o La Cubana, comparten dos características: la creación de sus propios espectáculos a partir de un trabajo más o menos colectivo y la construcción de un lenguaje escénico propio, característico, intransferible. Dagoll Dagom comparte estos rasgos definitorios, pero se sitúa como un caso aparte, ya que, en general, recurre a textos literarios preexistentes o encargados, para incorporarlos al espectáculo como un elemento básico. Así, si en todas partes las compañías de repertorio procuran distinguirse por la manera que tienen los directores y los autores de reinterpretar un texto preexistente, que es indefectiblemente la base de su espectáculo, los colectivos que son autores de sus montajes tienen mucho más abierto el campo de la imaginación, dependen de su capacidad de crear un espectáculo y nada más. En una posición intermedia, Dagoll Dagom ha incorporado, casi siempre, historias o textos con los que la compañia se identifica, y los ha reelaborado y reinterpretado con respeto y libertad, contando también con colaboradores literarios a la gestación de sus espectáculos.» (Catalònia Cultura, n. 41, 1995, p. 43).

Desde los años ochenta Dagoll Dagom, transformada en una importante empresa del sector, también ha venido desarrollando numerosos montajes teatrales, así como programas y series de televisión.

1974.

Barcelona.

Barcelona.

Joan Ollé (1974-1978), Joan Lluís Bozzo, Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel en adelante.

Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, 1974.
Nocturn per acordió sobre poemas de Joan Salvat Papasseit, 1975.
No hablaré en clase, 1977.
Antaviana, 1978.