De nuevo aprovechamos el testimonio de una figura fundamental en el desarrollo del teatro vasco, el crítico Pedro Barea. En este caso, un testimonio privilegiado, al ser el crítico hermano del director del grupo “Cómicos de la Legua”, un Ramón Barea ya muy experimentado en este momento, ya que a su importante formación sumaba las muchas horas de escenarios y ensayos durante los nueve años de existencia del grupo. Así contaba Pedro Barea el éxito de este Vivir por Bilbao:

“Vivir por Bilbao es una reflexión histórica, entre el aguafuerte y la acuarela. Rápida y agria. Con trallazos y veladuras, Coincide con la disponibilidad de un material histórico inasequible hasta hoy -los libros de Fusi, Ortzi, Beltza-, de trabajos profesionales de «Taller de Arquitectura», de episodios urbanísticos y sociológicos como los de Pérez Agote, Gurrea, Arpal, Minondo... textos sobre el arquitecto Bastida, que fue en su tiempo un paternal innovador desde su cargo de urbanista municipal; trabajos universitarios sobre los barrios obreros, como el de Irala, en los que Bilbao descargaba la inmigración; documentos sobre las aglomeraciones mineras o industriales en GaIlarta y Baracaldo, sobre las primeras expresiones del movimiento obrero...

Vivir por Bilbao utiliza con habilidad un juego de paralelismos con lo que ha sido una literatura abrumadora en la ciudad: “la bilbainada”. Hay todo un museo de pijadas bilbainistas, coleccionadas, encuadernadas, pintadas y cantadas. Esa viene a ser la referencia cómica, la distensión costumbrista y, a la vez la falsa imagen a derribar de un Bilbao “chiquito y bonito”, cuya “gracia y sal” ha sido uno de los más espantosos negocios humanos de explotación capitalista.

El espectáculo de «Cómicos» es irregular. Yo creo que dentro de lo que hacen hay un posible buen espectáculo. Pero les ha limitado su propia ambición. Son ciento cincuenta años de una comunidad tan densa como la bilbaína. Les ha faltado valentía para detenerse allí donde el tema se les salía de cauce. A su favor hay un trabajo de selección de acontecimientos y de personajes reales que ha tenido que ser difícil. Observación de “tipos”, de un lenguaje tópico de “casticismo” local, de actitudes, de situaciones parodiadas... No pierde nunca "Vivir por Bilbao” el gancho cara a su público.

Es, yo creo, un trabajo de teatro popular, de teatro local -en el más noble sentido del término y que justifica plenamente haber nacido.

Vivir por Bilbao empieza en el futuro. Empieza en una mañana ideal en el que la comisión democrática de vecinos celebra su primera sesión municipal. El alcalde cesante, en contra de la demagogia e invocando a la tecnocracia y los altos principios, se presenta en la reunión y pone una bomba, una de esas bombas purificadoras y fundamentales, de cine mudo. Todo el resto de la acción se desarrollará en un hospital. Un hospital esperpéntico al que han ido a parar todos los reunidos. A partir de ahí, sin unidad de estilo, se hilarán recuerdos, reflexiones... La obra -casi dos horas y media- se enlaza mecánicamente con un imaginativo sistema de módulos metálicos blancos -las camas del hospital- que van limitando el espacio y creando ambientes: tribunas, chabolas, casas, fábricas, la central nuclear, un barco, un automóvil.. Y pasarán toda la gama de imágenes familiares: desde los viejos grabados épico-obreristas, a la zarzuela o los dibujillos de Arrué. Es el ropaje de la ciudad.  “Vivir por Bilbao” ha de ser visto en su contexto y comparado con lo que aquí está siendo el teatro. Y su importancia como grito público es innegable.

Y su oportunidad como punto de partida para un debate sobre la ciudad, también. Creo que el grupo ha pretendido eso. Y lo ha conseguido. El espectáculo es objetable desde muchos ángulos. Pero a partir de perspectivas diferentes: los nacionalistas vascos tradicionales pueden pensar que se minusvalora el peso específico del PNV en los años treinta, los partidos históricos que no se les aplauden sus batallas, la burguesía se quejará de que su papel de motor de riqueza se ignora... Ha prevalecido la fecha, el acontecimiento, y sobre él, la reflexión irónica. La historia de los “Cómicos” es, evidentemente, historia de la superficie, pero no “superficial” en lo que tiene de peyorativo el término.

Teatralmente hay altibajos. No es un producto compacto. Pero, una vez más: no lo han pretendido. Querían algo fresco, estimulante. Y eso es.

«Cómicos» tiene entre manos su mejor obra. Y teniendo en cuenta las cotas de permisividad que por ahí se dan, todavía parece increíble que Vivir por Bilbao se esté dando sin conflictos burocráticos.”

La obra alcanzó las sesenta funciones en aquel año.

Vivir por Bilbao, de Cómicos de la Legua.
Estrenada en 1975 en Bilbao.

Autor: Colectivo.
Director: Ramón Barea.

Reparto: Ramón Barea y Alex Angulo, entre otros.

Como es costumbre en los programas de muchos grupos de teatro independiente, no consta el reparto, si bien podemos reconocer en las fotografías a dos de los más célebres actores vascos de las últimas décadas: Ramón Barea y Alex Angulo.
Barea, Pedro: “2 espectáculos, un libro y algunas noticias más”. Pipirijaina, número 4, junio de 1977, pp.17-21.